Embutido en el embarazo ¿cuál puedo comer?

  • 21 de Abril del 2025
  • 6 min de lectura

La alimentación durante el embarazo es uno de los temas que más dudas e incertidumbre provoca a los futuros papás, ya que esta es clave para el bienestar de la madre y el bebé. Sin embargo, algunos alimentos pueden representar un riesgo si no se consumen de manera adecuada, por ejemplo el consumo de embutidos en el embarazo. Estos productos, que muchas veces son muy consumidos en la dieta diaria, pueden generar ciertas dudas sobre la seguridad de su consumo en el embarazo. 

Algunos embutidos, si no se consumen adecuadamente, pueden suponer un riesgo ya que pueden favorecer la aparición de ciertas infecciones. En este artículo te contaremos qué embutidos deben evitarse en el embarazo, cuáles son seguros y cómo mantener una dieta equilibrada en esta etapa, ¡no te lo pierdas!

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Embutido en el embarazo ¿qué riesgo tiene su consumo?

El consumo de embutidos en el embarazo está asociado a diversos riesgos por la posibilidad de contraer infecciones alimentarias como la listeriosis y la toxoplasmosis. Estas enfermedades pueden afectar a la mamá y al bebé, por lo que es fundamental conocer sus riesgos y cómo prevenirlas. 

Durante el embarazo el sistema inmunológico de la mujer es más vulnerable, siendo más propensa a contraer infecciones que normalmente no presentan un riesgo. 

Algunos embutidos crudos o mal manipulados pueden contener bacterias y parásitos, que pueden atravesar la placenta y afectar al bebé, causando complicaciones como partos prematuros o problemas de mayor o menor gravedad.

Sabemos que los embutidos son alimentos de consumo habitual en la dieta, por ello es importante informarse de cuáles representan un riesgo y qué precauciones tomar para disfrutar de una alimentación segura en esta etapa.

Listeriosis y toxoplasmosis 

El consumo de embutidos crudos puede favorecer el riesgo de contraer algunas infecciones bacterianas como la toxoplasmosis y la listeriosis. Ambas enfermedades, si no se toman las precauciones adecuadas, pueden tener consecuencias graves durante el embarazo. 

  • Listeriosis: es una infección causada por la bacteria Listeria monocytogenes, esta puede encontrarse en embutidos mal refrigerados, crudos o poco cocidos. La listeriosis en el embarazo puede provocar fiebre, malestar general y en casos más graves afectar al bebé, provocando infecciones en el recién nacido o, incluso, aborto espontáneo.
  • Toxoplasmosis: provocada por un parásito llamado Toxoplasma gondii, se puede contraer por el consumo de embutidos poco cocidos o crudos. Si la mujer contrae toxoplasmosis por primera vez en el embarazo, este parásito puede afectar al bebé, provocando problemas en el desarrollo o alteraciones neurológicas. 

Embutidos que deben evitarse en el embarazo 

En el embarazo ni todos los embutidos son seguros ni todos son malos. La clave es reconocer cuáles pueden representar un riesgo y no consumirlos, para evitar problemas de salud. 

Aquellos que no están cocidos o procesados correctamente pueden contener bacterias o parásitos resultando perjudiciales, por lo que es fundamental identificarlos y eliminarlos de la dieta de la embarazada. 

Embutidos crudos o poco cocidos

Aquellos embutidos que no han pasado por un proceso de cocción adecuado, como pueden ser el chorizo, el fuet, el salchichón, el jamón serrano entre otros. Estos pueden contener microorganismos peligrosos si no han sido curados correctamente, aunque algunos han pasado por un proceso de secado, esto no siempre garantiza la eliminación de las bacterias. 

Embutidos de origen desconocido

Es imprescindible que cuando se consuman embutidos, estos tengan un etiquetado claro y sean provenientes de fuentes confiables. Aquellos embutidos que son comprados en mercados sin el pertinente control sanitario, pueden haber sido manipulados en condiciones inadecuadas, aumentando el riesgo de contaminación. 

Embutidos artesanales sin control sanitario. 

Los embutidos caseros o artesanales pueden parecer una opción más natural para el consumo, pero estos, al no tener controles sanitarios tan estrictos, pueden convertirse en una fuente de infecciones. Por lo tanto, en el embarazo, es recomendable evitar estos productos y preferir siempre aquellos sometidos a estrictos controles de calidad. 

comer saludable en el embarazo y evitar embutido

Embutidos seguros durante el embarazo

Afortunadamente, existen algunos embutidos sí pueden consumirse con seguridad durante el embarazo. La clave está en elegir aquellos que han sido sometidos a procesos de cocción o pasteurización y que eliminan cualquier microorganismo perjudicial. 

Entre los embutidos de consumo seguro que pueden incluirse en la dieta de la embarazada podemos encontrar: 

  • Jamón cocido: este producto, al estar cocido a altas temperaturas, es seguro para el consumo durante el embarazo.
  • Pechuga de pavo y pollo: estos suelen estar pasteurizados y, si se conservan adecuadamente, pueden consumirse sin riesgos.
  • Mortadela y chopped: al igual que el jamón cocido, la mortadela y el chopped pasa por un proceso de cocción adecuado que los hacen seguros para el consumo en el embarazo.
  • Salchichas (siempre que se cocinen): aunque es un embutido que suele estar cocido, siempre se aconseja calentarlas algunos minutos, hasta que estén bien hechas, antes de consumirlas, de esta forma nos aseguramos de eliminar cualquier tipo de bacteria. 

Es importante mantener estos embutidos en la nevera y consumirlos antes de la fecha de caducidad. Del mismo modo, recordar que son alimentos de consumo ocasional y que no deben formar parte de la dieta diaria de una embarazada. 

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Consejos para una alimentación segura 

Además de saber qué embutidos se pueden consumir en el embarazo y cuáles deben evitarse, es importante seguir una serie de recomendaciones para mantener una alimentación saludable y equilibrada. Estos consejos te ayudarán a minimizar cualquier riesgo y garantizar tanto tu bienestar como el de tu bebé. 

  • Cocina bien los alimentos: todos los alimentos crudos deben cocinarse adecuadamente y asegurarse que alcancen una temperatura interna óptima (las carnes por ejemplo deben alcanzar una temperatura de 71ºC).
  • Prioriza una alimentación variada: incluir en tu alimentación diaria una combinación adecuada de proteínas, carbohidratos, grasas saludables así como vitaminas y minerales, es esencial para cubrir todas las necesidades nutricionales.
  • Asegura un correcto aporte de hierro y ácido fólico: estos nutrientes son fundamentales para prevenir anemia en la madre y para la correcta formación del bebé. Se pueden obtener de alimentos como espinacas, legumbres, carnes magras y cereales fortificados. En muchos casos el médico recomienda también suplementos.
  • Mantente bien hidratada:  bebe al menos dos litros de agua al día, esta es fundamental ya que además ayuda a la formación del líquido amniótico.
  • Consume suficiente calcio: este mineral es clave para la formación de los huesos del bebé. Podemos obtenerlo de los lácteos, almendras, brócoli y tofu.
  • Evita los productos ultraprocesados y el exceso de azúcar: aunque es normal tener antojos durante el embarazo, siempre es mejor optar por snacks saludables en lugar de productos refinados y con exceso de azúcar y grasas trans.
  • Asegura una correcta higiene de los alimentos: lavar bien frutas y verduras, evitar el consumo de productos crudos o poco cocidos y mantener una correcta manipulación de los alimentos es clave para prevenir cualquier infección alimentaria. 

El consumo de embutidos en el embarazo no está prohibido, siempre y cuando se sigan las indicaciones correctas de cuál consumir y cuál evitar. Hay que tener en cuenta que algunos embutidos crudos o de origen dudoso pueden suponer un riesgo para la salud. 

Tomar medidas de prevención como la elección de productos adecuados, una cocción suficiente y una manipulación correcta, te permitirá disfrutar de una alimentación variada sin poner en riesgo tu salud y la de tu bebé. 

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FAQs sobre embutido en el embarazo

Puede pasar que hayas consumido embutido sin saber que estabas embarazada. Si tienes mucha inquietud, consulta con tu ginecólogo sobre la posibilidad de realizarte un análisis de sangre para saber si tienes o no anticuerpos. Si has resultado infectada y no tienes anticuerpos, el médico te recetará un tratamiento para disminuir los riesgos de infección en el feto. 

Puedes consumir fiambre de pavo cocido, este es una opción segura para consumir embutidos en el embarazo.

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