A los niños les cuesta mucho perder y admitir que no pueden obtener todo lo que quieren cuando lo piden. Pero es muy importante enseñarles a tolerar la frustración ya que, aquellas personas que no tiene desarrollada esta capacidad, se enfadan con gran facilidad y no saben enfrentarse a los problemas.
La frustración nace cuando es imposible satisfacer una necesidad o deseo. En todas las personas surge este sentimiento de vez en cuando pero en los niños es más habitual ya que quieren las cosas al momento y desean obtener todos sus caprichos, sin entender que no siempre es posible conseguir todo lo que se desea.
La frustración está relacionada con la ira y el enfado ya que son los sentimientos que se experimentan cuando no se obtiene algo que realmente se quiere. La intensidad de la frustración y la reacción dependen del niño, pero generalmente responden con gritos, rabietas, llantos, enfado, ansiedad, etc.
Los niños aún no saben cómo reconducir estos sentimientos por lo que necesitan que sus padres les enseñen cómo manejar esa rabia para no sentirse así de mal. Y esto es importante no solo por ellos mismos, sino también por su relación con los demás ya que estas actitudes no son bien aceptadas en la vida adulta y pueden afectar a sus relaciones sociales y laborales.
¿Cómo ayudarle?
Es muy importante trabajar la educación emocional con tu hijo desde que es pequeño. Así, aprenderá a controlar sus emociones y a entenderlas.
Cuando quiera algo, no lo consiga y se enfade, debes hacerle ver que ese comportamiento no es adecuado. Intenta que comprenda que en la vida no siempre se consigue lo que se quiere, al menos al momento. Que eso es algo que nos pasa a todos pero que no debemos enfadarnos y gritar, sino buscar una solución o la manera de obtener eso que deseamos, siempre que sea posible ya que hay cosas que no se pueden lograr, como llegar a la luna.
Si tu hijo te pide que le compres algo, le dices que no y, ante una rabieta suya, cedes, no le estás ayudando. Establece una serie de normas y límites y haz que los cumpla. Si cada vez que grita o llora consigue algo, reaccionará siempre así para obtener las cosas que desea.
Una buena idea para que aprenda a aceptar las derrotas es jugar a un juego de mesa y dejar que gane algunas veces, pero también que pierda. Así entenderá que lo importante no siempre es ganar, sino pasar un buen rato.
Por supuesto, es importante que vosotros le deis un buen ejemplo. La manera en la que reaccionéis cuando no consigáis algo le servirá de modelo a él para actuar en consonancia.
Etapa vital
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