Aunque te pueda parecer complicado, meterte en la cocina con tu hijo es una de las actividades más divertidas para compartir. Adaptando el nivel de la receta y encargándole tareas que están a su alcance, ambos vais a disfrutar de la experiencia y tú te vas a sentir orgullosa de ver cómo aprende y se adentra en el mundo de la alimentación saludable.
En ocasiones, no hace falta preparar grandes planes para compartir un tiempo útil y de calidad con tus hijos. ¿Has probado a cocinar con ellos? Mientras preparan una receta descubren ingredientes, desarrollan su psicomotricidad, se sienten “mayores” y disfrutan de esa responsabilidad. No tengas miedo a que entre en la cocina contigo, ten en cuenta esta serie de consejos y la experiencia será muy satisfactoria para ambos.
Una de las cosas más divertidas que puedes hacer es preparar con él la lista de la compra y acudir al supermercado. Allí aprenderá qué alimentos son de temporada, cuáles son frescos, qué cantidades se necesitan, etc. Una vez en la cocina, es importante que él sepa qué vais a cocinar y qué tareas le corresponden. Elige recetas sencillas como ensaladas coloridas, brochetas, revueltos de verduras y hortalizas con huevo, sandwiches vegetales… Su capacidad de acción es mayor de la que imaginas: tu pequeño puede partir alimentos blandos como el plátano o el aguacate ayudándose de un cuchillo de plástico, batir huevos, separar las hojas de los cogollos, remover un aliño o montar platos. Echadle imaginación para que el resultado sea vistoso. Además, intenta no decirle que “no” cuando él quiera hacer alguna tarea que no conlleve peligro. Es mejor que lo intente, aunque no quede perfecto, a que le frustres la iniciativa. Verás que él estará encantado de compartir contigo esa ensalada o esas brochetas que habéis preparado juntos.
Etapa vital
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