En muchos casos, los ojos de los bebés presentan una tonalidad grisácea o azul al nacer, que va cambiando a lo largo de su primer año. Lo cierto es que esto es más común de lo que podemos pensar y completamente normal. ¿La responsable? La melanina.
El color del iris (la parte coloreada del ojo que rodea la pupila) -como el color de pelo y el tono de piel- depende de una proteína llamada melanina, un pigmento que se encuentra en nuestras células -y por tanto, su carga nos viene en los genes- y que es fabricada en los melanocitos, que la segregan activados por la luz. Y es que una de las funciones de la melanina es neutralizar los rayos UV solares.
Pero, ¿por qué cuando muchos bebés nacen presentan ojos grises o azules que luego cambian de tonalidad? La respuesta es simple. Hasta que nacen, los melanocitos de los bebés no han recibido un ápice de luz, por lo que aún no están “activados”, no han empezado la formación y distribución de la melanina.
Con el paso del tiempo, en función de la carga genética del bebé, los melanocitos empezarán a llevar más o menos melanina al iris. Cuanta más produzcan, más oscuros serán los ojos del pequeño. Algo parecido ocurre con el pelo; muchos bebés nacen con un tono de pelo más claro que el que después les queda.
Este proceso de cambio de pigmentación dura alrededor de 12 meses, aunque a partir de los 6 meses el cambio empieza a asentarse y suele dar una idea del color definitivo. Por eso conviene saber que el color de ojos con el que nacen los bebés no tiene por qué ser el permanente y que es probable que sea algo más claro del que finalmente tengan.
Etapa vital
Referencias
- American Academy of Pediatrics, Healthy Children. Color de ojos de los recién nacidos. Recuperado de https://www.healthychildren.org/Spanish/ages-stages/baby/Paginas/Newborn-Eye-Color.aspx
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