En este artículo…
Estás en… Segundo trimestre
Te quedan: 15 semanas
¡Ya estamos en la antepenúltima semana de tu segundo trimestre! Si hoy empieza tu semana 25 de embarazo, quedan poco más de 20 días para empezar el tercer trimestre. Por ahora, te recomendamos que sigas cuidándote, tomando vitaminas prenatales, bebiendo un mínimo de 2 litros de agua al día e incorporando los ejercicios de Kegel a tu rutina diaria.
Esta semana tú...
Alrededor de esta semana, muchas mamás empiezan a notar cómo los movimientos del bebé son mucho más acentuados que antes: esto es algo totalmente normal y comprobarás que cuando estás relajada o tumbada, notas mucho más movimiento fetal, ¿verdad? La explicación de este fenómeno es muy curiosa: si te mantienes activa durante el día, el feto aprovecha esos movimientos para relajarse y dormir mejor, mientras que, cuando estás quieta, suele mantenerse más activo o activa. Al margen de este “balanceo” y las siestas diurnas, al final del segundo trimestre, los movimientos del feto dentro del útero aumentan. Prepárate, pues, para recibir una dosis de pataditas diarias, porque van a formar parte de tu rutina hasta el parto.
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Es posible que sientas que tu útero se pone rígido y se relaja: las contracciones de Braxton Hicks suelen asustar a las madres primerizas, pero solo es un reflejo del útero que empieza a practicar para el momento del parto.
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Puedes notar palpitaciones en el pecho si te incorporas muy rápido o estás bebiendo poca agua, es algo habitual debido al aumento del volumen sanguíneo: en cualquier caso, siempre que no se alargue mucho rato o te cueste respirar/te duela el pecho, no debes preocuparte. Si ocurriese esto último, mantén la calma y visita a tu médico.
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Esta semana, ya toca vestir de premamá. Evita la ropa ajustada y opta por ropa interior de algodón y cómoda para sobrellevar mejor los cambios de tu cuerpo. Prestar un poco de atención a cómo vestir en tu embarazo, te evitará dolores y molestias: ¡vale la pena! Ahora te toca abrazar por unos meses tu faceta de super-futura-mamá.
Estrógeno y progesterona = ¿insomnio?
El aumento del estrógeno y la progesterona puede alterar las fases y ritmos del sueño en algunas embarazadas, pero no suele ser la causa principal del insomnio en el embarazo. Por un lado, están las molestias físicas: esa tripita que crece y crece y que va a dificultar encontrar una posición para el descanso a la que le tenemos que sumar muchas más ganas de hacer pis, ¿verdad? Por el otro, las hormonas siguen haciendo de las suyas y, para terminar, tenemos cierto estrés, nervios, incluso miedo al parto. Esta última, se combate con información y abriéndote a tu pareja: ¡verás qué diferencia!
La salud dental importa, incluso más
Como ya hemos hablado en la semana 5 y en la semana 16 de tu embarazo, la salud dental está relacionada con un embarazo más seguro y un menor riesgo de parto prematuro. No olvides cepillarte los dientes un par de veces al día y usar hilo dental para evitar la gingivitis o la periodontitis, que podrían llegar incluso a provocar un parto prematuro o un aumento del riesgo de sufrir preeclampsia.
¡¿Hemorroides?!
Entre las molestias del segundo trimestre, la mitad de las mujeres embarazadas experimentan venitas hinchadas y picor en el recto, debido al crecimiento uterino. Las hemorroides pueden ser molestas o directamente dolorosas y aparecer con sangrado o sin él. A menudo, si la mamá está estreñida, esto puede aumentar el dolor. Te recomendamos:
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Hacer ejercicios de suelo pélvico o ejercicios de Kegel.
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No forzar demasiado el cuerpo al ir al baño a hacer caca.
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Utilizar almohadillas de hamamelis o compresas frías.
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Guárdate un extra de paciencia y piensa que es un contra más de tu embarazo, pero desaparecerán tras el parto (sí, ¡sabemos que saberlo tampoco consuela tanto!).
Esta semana tu bebé...
A punto de alcanzar el sexto mes de gestación, los pulmones y la nariz de tu bebé se están preparando para respirar. Esta semana, se desarrollarán los vasos sanguíneos de sus pulmones y empezarán a producir surfactante, una sustancia que ayudará a que estos se expandan una vez nazca el bebé. Por el momento, no están preparados para enviar oxígeno al torrente sanguíneo y liberar CO2 al exhalar, pero hay otro órgano que sí está empezando a funcionar: la nariz, pues las fosas nasales se abren por fin. Por supuesto, en tu útero no hay aire, así que estas quince semanas el bebé respirará líquido amniótico hasta que nazca, pero esta experiencia previa le permite empezar a practicar las respiraciones.
¿Quieres saber qué más está ocurriendo en tu útero? Tu bebé por fin abre los ojos, su lengua sale de la boca y sus uñas siguen creciendo. La cabeza todavía es más grande que el cuerpo, aunque poco a poco se irá volviendo más proporcionada. A las 25 semanas de embarazo, el bebé debería medir ya 34 cm y pesar más de 600 gramos (de media, 660 g). Se ha comprobado que, hasta esta etapa, los bebés crecen a un ritmo muy similar en el útero materno, pero, a partir de este momento, su desarrollo depende más de factores genéticos y ambientales.
A nivel de desarrollo:
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Su corazón está latiendo muy fuerte: ¡empieza la fase de mayor desarrollo fetal y su corazoncito está trabajando de 120 a 160 latidos por minuto!
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Sus riñones funcionan cada vez mejor y, día a día, el líquido amniótico se acerca más a la composición de la orina (¡no te preocupes!, está completamente protegido).
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El cordón umbilical y la placenta regulan la temperatura del bebé, que se mantendrá muy similar a la de su mamá.
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La piel sigue queratizándose y, paulatinamente, perderá ese tono traslúcido: este proceso empezará por las palmas de la mano y las plantas de los pies, pero se desarrollará en todo su cuerpo.
Cuídate, cuídale
Aunque es más habitual en las últimas semanas del embarazo y en pieles atópicas, a partir de esta semana muchas futuras mamás pueden empezar a sufrir pápulas urticariales pruiriginosas (PUP), una erupción cutánea muy común durante la gestación. Si es tu caso, quizá has notado una picazón intensa en el abdomen que suele extenderse con o sin ampollas.
Para reducir las molestias, se recomienda consultar con el médico, quien puede llegar a prescribir cremas con corticoides; los baños de avena en la zona afectada también suelen ayudar, aunque más como alivio.
Además del edema y la hinchazón de piernas y pies que pueden empezar a molestar a partir de la semana 20 o semana 21 de tu embarazo, al final del segundo trimestre empezarás a notar que te falta el aire. Esta sensación tiene varias razones: el aumento del consumo de oxígeno y la elevación del diafragma debido al crecimiento del útero (la respiración pasa de ser abdominal a torácica). Estos síntomas te avisarán de que debes mantener un ritmo de vida más pausado desde ya y, probablemente, usar una segunda almohada cuando te acuestes. En caso de ser asmática, debes consultar con tu médico para evitarte molestias a ti misma y, a la par, evitar la posibilidad de que el bebé no sufra falta de oxígeno en su desarrollo.
A partir de este momento, también será adecuado informar en el trabajo de aquellas semanas en las que se prevé la baja por maternidad, aunque si el parto se adelanta, también lo hará la baja desde el mismo día del nacimiento de tu bebé, por lo que no tienes de qué preocuparte. Aunque no parezca un consejo de autocuidado al uso, controlar los tempos en los que vamos a dejar de trabajar y poner en pausa por unos meses nuestra vida laboral, te ayudará (y mucho) a no sumar ansiedad a esta bonita etapa.
En la consulta
Siempre que el examen de tolerancia a la glucosa de la semana 24 (test de O’Sullivan) no haya dado indicios de una posible diabetes gestacional, esta semana no habrá nuevas pruebas y te tocará esperar hasta la semana 28 de tu embarazo para la siguiente visita prenatal.
Por el contrario, si el examen de glucosa dio indicios, esta semana se te hará otra prueba de tolerancia a la glucosa más extensa para la que deberás ayunar entre 8 y 14 horas (normalmente, se realizan a primera hora). En el consultorio, se te extraerá sangre en ayunas y se te darán varias bebidas de glucosa para medir la glucosa en sangre con varias extracciones posteriores a lo largo de 3 horas. Debido al ayuno prolongado, lo mejor será que tu pareja u otra persona te acompañe a la visita.
Tu próxima visita
Al margen de tu siguiente visita prenatal, si tu ginecólogo considera que tu embarazo es de alto riesgo, se te adelantará una prueba de contracciones con estrés para analizar la frecuencia cardíaca y la actividad de tu bebé. Si no es el caso, esta prueba no debería realizarse hasta la semana 38, por lo menos, o embarazos más allá de la semana 40.
Tu entorno
Estas semanas son un buen momento para aseguraros de dejar bien cerrado cuestiones como la baja de maternidad y paternidad o comprobar, en caso de que contéis con una mutua de salud privada, si las cláusulas incluyen al bebé o queréis realizar algunas modificaciones. Del mismo modo, el entorno de la mamá o de los padres puede ayudarles en pequeñas tareas de organización o preparación antes de que empiece la última fase del embarazo, que, en muchos casos, suele hacerse un poquito más dura para realizar ciertas tareas debido al peso y las molestias propias del segundo trimestre que se suman a las del tercero.
Puntos clave
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Los movimiento del bebé en el útero son mucho más perceptibles.
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Pueden aparecer las primeras contracciones de Braxton-Hicks.
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Las fosas nasales se abren: por ahora, el bebé respirará líquido amniótico.
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Puedes empezar a sufrir pápulas urticariales pruiriginosas (PUPPP), ¡consulta a tu médico!
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El test de O’Sullivan puede haber dado indicios de diabetes gestacional: en ese caso, tendrás que hacer una segunda prueba de glucosa.
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Aprovechad estas últimas semanas del segundo trimestre, para dejar bien cerrado el tema de la baja por maternidad y paternidad.
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